La mayoría de los clientes que vienen a nuestro restaurante marisquería en Viveiro suelen llegar con muy altas expectativas esperando ser sorprendidos a lo largo de toda la comida, desde los aperitivos, a los postres. Y cumplir con ese cometido no es una tarea sencilla si no que requiere poner a su disposición platos preparados con materias primas de las más altas calidades.

A menudo, una señal inequívoca de que les ha gustado lo que les hemos servido, la encontramos cuando uno de los comensales nos pregunta por el tiempo de cocción del marisco que han comido. Esa pregunta solo puede interpretarse con que les ha gustado, y mucho, el marisco que han probado. Y que quisieran volver a tomar pronto unas nécoras o unas cigalas como los que acaban de probar en nuestro restaurante marisquería en Viveiro.

Sobre la forma de cocer el marisco hay ciertas creencias totalmente falsas que, cuando se siguen, terminan por estropearlo. El primero es esa leyenda de que hay que usar agua de mar para cocerlo. Es falso por varios motivos, el más importante es porque el agua de mar, y más la recogida junto a la orilla, no ofrece ninguna garantía  higiénica. Es mucho mejor usar agua del grifo y añadirle unos 50 gr de sal por cada litro.

El marisco vivo, generalmente las piezas grandes (centollos, bueyes, bogavantes y langostas) lo meteremos directamente en agua fría, mientras que para el marisco muerto (gambas, langostinos, cigalas…) usaremos agua caliente y esperaremos a que el agua esté hirviendo para contar el tiempo de cocción. Pero no caigas en el error de servirlos inmediatamente después de sacarlos de la olla. antes de salir a la mesa, el marisco debe reposar al menos una media hora para alcanzar su máximo sabor.

Ven a probar el marisco del Mesón Restaurante A Ría.